Las bodas pueden ser un evento digno de recordar por los grandes momentos felices que, en teoría, deberían abundar. Sin embargo, no siempre ocurre de esta forma y surgen términos como ‘bridezilla’, una forma no tan sutil de insultar a la novia.
Resolver crisis es difícil, pero hacerlo durante una boda supone un desafío extremo. En lugar de humillar a las mujeres que en su día especial son consumidas por el estrés o los nervios, deberíamos apoyarnos entre nosotras. Te explicamos por qué el término ‘bridezilla’ es sexista.
Por qué el término ‘bridezilla’ es sexista y debemos evitarlo
El concepto ‘bridezilla’ es una combinación entre ‘bride’ (“novia” en inglés) y “Godzilla”. Lo que hace es describir a las novias como un monstruo destructivo que pierde la cordura antes y durante su propia boda. Hace referencia a una novia que entra en crisis por sus grandes expectativas, que le consiguen graves decepciones en su boda y arrebatos con la familia o invitados.
The Knot, un sitio dedicado a la planeación de bodas, explica que el concepto surgió gracias a un artículo escrito por Diane White en 1995, titulado “Tracky tips down the aisle”. La autora define a las ‘bridezillas’ como mujeres que “pierden de vista la solemnidad de la boda”.
Desafortunadamente, esta palabra lejos de llamar la atención para que personas cercanas a la pareja sean un sostén para la novia, se convirtió en una burla hacia ella. Invalida sus emociones y necesidades en un momento de vulnerabilidad.
Alena Amato Ruggerio, profesora de comunicación en Southern Oregon University, opina que “cuando es imposible vivir a la altura de esos estándares, nos sentamos y disfrutamos viendo el drama de su estrés [de la novia]”. Amato afirma que esto no hace más que alimentar el estereotipo que dicta que “bajo presión, una mujer va a tener un colapso”. La profesora continúa explicando que es injusto esperar que las novias estén al tanto de todos los detalles de la boda y que, además, tomen control completo sobre sus sentimientos.
Por otro lado, la escritora feminista Joan Smith argumenta que es irreal pedirles a estas mujeres que se alejen del foco de atención es su día. “Se gastan una fortuna en el vestido y quieren que la gente las mire y admire. Y se supone que las mujeres no hagan nada de eso, pese a la presión comercial”.
Las bodas suponen mucha presión, pues hemos escuchado que se trata de “el día más especial”. Lo anterior produce estrés, ansiedad, estos efectos son dilemas serios, requieren apoyo y empatía para poder asistir a las novias con suficiente tacto. Cabe mencionar que en los roles de género tradicionales no se espera que los novios se involucren al mismo grado en la planeación de la boda ni tengan expectativas tan altas.
La psicóloga clínica Jocelyn Charnas considera que es momento de que dejemos de mofarnos de la “histeria” femenina. Asimismo, añade que ‘bridezilla’ refuerza la idea falsa de que la boda solo depende de la novia, cuando, en realidad, también es responsabilidad del novio.
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