En los últimos años, se han visibilizado cientos de comportamientos tóxicos en relaciones de pareja, trabajo y amistad, lo cual es muy importante. Pero poco se habla de cuando tienes una relación tóxica con tu mamá. Porque sí, entre familiares también hay lazos que dañan nuestra salud mental y afectan nuestra manera de comunicar lo que sentimos.
Desde pequeñas nos enseñan que “honrar a tu padre y a tu madre” es un precepto básico de la vida y también es una noción general que ellos son quienes más te van a proteger en el mundo. Tal vez por eso puede ser tan fácil minimizar y justificar acciones que nos hacen daño por parte de los progenitores. Mientras que en la última década se ha normalizado alejarse de personas que nos han hecho daño, ya sea amigas, parejas o miembros de la familia, todavía se habla poco sobre cómo lidiar con una relación tóxica con nuestros padres. Y, específicamente, cuando la relación entre madre e hija no es sana.
Te presentamos este tema con el punto de vista de una psicóloga de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) y te decimos qué puedes hacer para mejorar tu relación con tu mamá, si consideras que necesita trabajarse.
¿Qué es y por qué se da una relación tóxica?
La psicóloga Ileana Guerra Martínez explica que una relación tóxica inicia cuando una persona busca establecer una jerarquía y tener el control de ese vínculo. Una persona tóxica prohíbe cosas, es egoísta y no tiene inteligencia emocional. No deja que la otra persona crezca ni se desarrolle de manera individual. En pocas palabras, no permite el crecimiento ni bienestar del otro, y en vez de eso es posible que humille y agreda.
Lo anterior puede darse en distintas dinámicas de relación, sin embargo, Ileana advierte que las relaciones entre madres e hijas pueden ser complicadas. Esto es debido a que la crianza de una madre casi siempre se basa en la que tuvo en su infancia, con la diferencia de que buscará darle a su hija lo que su madre no pudo o no quiso darle.
“Puede cometer errores en muchos ámbitos, pero procurará darle lo que su mamá no pudo darle; es decir, evitará las carencias que sufrió durante su niñez. Si una mujer no trabaja sus heridas con su madre, las pasan a sus hijas y se hace un círculo vicioso”, explica la psicóloga de la UABC.
Esto puede complicarse si la mamá tiene algún trastorno o padecimiento psicológico. “Hay mamás narcisistas que buscan chantajear, manipular, controlar y hostigar… También se presentan comportamientos tóxicos cuando la crianza es autoritaria. Lo mejor es no ser negligentes ni permisivas, sino llegar a un punto medio”.
Esto recalca la importancia de poner atención en nuestra salud mental tanto como lo hacemos con la salud física. Todas las personas somos distintas, con áreas de oportunidad, problemas por resolver y condiciones únicas.
¿Qué puedes hacer cuando tienes una relación tóxica con tu mamá?
Es importante mencionar que, a veces, también la hija puede ser la persona tóxica en la relación. Al preguntarle a la psicóloga cómo podemos cambiar si nosotras tenemos estas actitudes tóxicas o si nosotras iniciamos los conflictos, ella respondió lo siguiente.
“Primero, tienes que querer cambiar, reconocer y aceptar que estás teniendo actos agresivos, violentos o incorrectos. Debes entender que tus acciones están lastimando y admitir que lo estás haciendo. Y, finalmente, decirte a ti misma: ‘ya no quiero esto’. Después, debes ir a terapia en busca de orientación de una profesional”, recomendó.
Una conducta que se presenta de manera frecuente entre madres e hijas son los comentarios tóxicos e hirientes. “Lidiar con estos comentarios es muy complicado, porque a veces no se trata de lo que se dice o cómo se dice, sino quién lo dice”, explica Ileana Guerra. Estos comentarios suelen lastimar mucho más que si los hiciera otra persona, debido a que históricamente, ‘una madre es el ser que más te va a amar y a proteger’”.
“Para enfrentar estos comentarios, lo que se debe hacer es entender y comprender a nuestra madre, sin llegar a justificar sus acciones. Lo más probable es que ella también haya pasado por situaciones similares y aún tiene estas heridas. Trabajar desde la compresión, no tomar el comentario de forma personal y buscar el crecimiento individual”.
Esto último se refiere a que cada una debe buscar crecer por sí sola, por lo que no recomienda avanzar a la par de ella. “Si tú ya expresaste que sus comentarios te duelen y ella no cambia este comportamiento, debes entender que tu mamá está teniendo problemas, no tú. Siempre trabaja en ti misma”. La psicóloga reitera que la familia no es obligatoria, solo son lazos de sangre, pero a fin de cuentas, son como otros seres humanos.
“Es válido querer sacar de nuestras vidas a nuestros padres, hermanos, o a quien tú quieras. Si esa persona te resta, te daña; no te cuida ni te valora, no es necesario ni obligatorio aguantar a alguien así, aunque sea tu mamá”. Sin embargo, Ileana insiste en trabajar esa relación, porque te va a servir en tu crecimiento personal y de cierta forma, te ayudará a perdonar y comprenderte a ti misma.
Ileana Guerra dice que si tienes la posibilidad de separarte de tu mamá si su relación es tóxica, házlo. “Si quieres estar enojada con ella, está bien estarlo un mes, un año o lo que te dure el enojo. Pero, cuando te sientas lista, ve a terapia, porque tendrás que trabajar esas heridas con la ayuda de una profesional. Te ayudará a mejorar y no pienses que es por ella, sino para ti misma. Hablarlo con alguien te hará sentir mucha paz”.
El distanciamiento puede ayudar a ambas a reflexionar y a cambiar estas actitudes tóxicas. El proceso puede ser doloroso, pero evitará que haya rencor entre las dos. Recuerda nunca permitir que sean tóxicos contigo y acepta cuando tú lo eres.
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