Cuando andamos con el ánimo bajo o después de un mal día, a veces recurrimos a encerrarnos en nuestro cuarto, ponernos los audífonos y empezar a escuchar música triste. Esto no suena como la mejor opción. Pero, ¿sabías que escuchar música triste puede ser algo bueno para nuestra salud mental?
¿Quieres saber más? Nosotras te contamos al respecto.
¿Por qué la gente ama la música triste?
De acuerdo con un artículo del portal Health, un estudio reciente encontró que escuchar música triste puede tener un impacto positivo en el estado de ánimo de una persona, basado en un sentido renovado de conexión.
“Varias características de una canción, incluido el ‘mood’, la elección del instrumento y la dinámica, pueden provocar emociones negativas o positivas en los oyentes”, dijo Tara Venkatesan, científica cognitiva de la Universidad de Oxford y soprano de ópera.
Un estudio publicado en el Journal of Aesthetic Education, del cual Venkatesan formó parte, sugiere que si bien escuchar música triste ciertamente puede hacer que las personas se sientan peor, hacerlo también puede afectar positivamente el estado de ánimo de una persona y permitirle sentirse conectada.
“Nuestro punto principal es que el valor de la música triste radica en su capacidad para crear una sensación de conexión, independientemente de si realmente provoca tristeza en el oyente. Y es esa sensación de conexión, no necesariamente la experiencia de la tristeza en sí, lo que hace que escuchar música triste sea realmente genial”, comentó Venkatesan.
¿Cómo funciona la música triste en nuestro cuerpo?
De acuerdo con información de Everyday Health, otra investigación sugiere que las personas recurren a la música para ayudar a sobrellevar las emociones difíciles.
Un estudio descubrió que las personas eran más propensas a seleccionar canciones de enojo después de una interacción social frustrante y también eran más propensas a elegir canciones tristes después de una mala ruptura.
“A menudo, las canciones tristes tienen ritmos más lentos y tonos más bajos que otros tipos de música”, dijo Carolina Estevez, psicóloga licenciada en Infinite Recovery con sede en Austin, para Everyday Health.
Estevez añadió que este tipo de sonido puede ayudar a reducir la presión arterial y la frecuencia cardíaca, aliviar la tensión muscular y reducir los niveles de cortisol.
Para un estudio publicado en junio de 2020 en la revista Emotion, investigadores hicieron que personas que habían sido diagnosticadas previamente con depresión escucharan diferentes tipos de música clásica y descubrieron que los participantes preferían abrumadoramente la música triste a los sonidos más optimistas porque la encontraban relajante.
Los investigadores concluyeron que las melodías menos alegres calmaban a las personas con depresión porque coincidían mejor con sus niveles de energía.
Una revisión de evidencia publicada en noviembre de 2017 en Cochrane analizó datos de nueve estudios previos que incluyeron a más de 400 personas con depresión y encontró que agregar musicoterapia a otro tratamiento para la depresión (como medicamentos y terapia de conversación) ayudó a las personas a controlar los síntomas depresivos y mejorar el funcionamiento cuando se trataba de cosas como el trabajo, las relaciones y otras actividades.
La música triste permite expresar los sentimientos
“Escuchar canciones tristes les permite a las personas expresar sus sentimientos de una manera saludable. Cuando las emociones se acumulan en el interior sin vías de expresión, pueden crear una gran confusión interna”, comentó Estevez.
La especialista también comentó que escuchar música triste, ya sea solitaria o no, también puede recordarnos que no estamos solas en nuestras emociones.
“Escuchar estas canciones nos ayuda a darnos cuenta de que otros comparten nuestros pensamientos y sentimientos. Además, escuchar letras con las que resonamos puede ser reconfortante porque articulan las emociones para las que antes no teníamos palabras”, mencionó Carolina.
Música y salud mental
“La música puede ser una forma de practicar, simplemente sentarse con un sentimiento que a veces es más difícil de soportar y que en realidad es emocionalmente muy útil. Lo llamamos una exposición emocional que, de hecho, se usa en algunos protocolos de terapia muy bien investigados para ayudarnos a sentir ciertas emociones”, dijo Shannon Bennett, directora clínica del sitio del New York-Presbyterian´s Center for Youth Mental Health.
Finalmente, Venkatesan agregó que otros estudios sugieren que escuchar canciones tristes nos permite conectarnos con nosotras mismas y reflexionar sobre nuestras propias experiencias emocionales, lo que puede ayudar a regular el estado de ánimo.
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